El avión iba medio vacío. Llegamos a Incheon, aeropuerto de Seúl, a las dos de la tarde, de manera que, como la diferencia horaria con España es de ocho horas, para nuestros cuerpos eran las seis de la madrugada.
Era el mes de marzo del año 2004. Corea del Sur era un lugar poco conocido en nuestro país, exceptuando unas cuantas marcas internacionales coreanas, y eso hacía que tuviera un atractivo especial, pues a pesar de ser primer mundo, su cultura y costumbres son tan diferentes y desconocidas en occidente, que lo convertía en un destino muy interesante.
Después de cambiar moneda (en aquella época 1 euro equivalía a casi 1.400 won), decidimos no quedarnos en Seúl, sino tomar un autobús que nos llevara hacia el sur. Encontramos un bus que iba a Daegu que tenía la salida prevista en veinte minutos, así que nos decidimos por aquel destino. Dicho y hecho. El trayecto hasta Daegu duró cuatro horas y media. Llegamos de noche, a las ocho de la tarde.
Corea del Sur es un país en cierto modo similar en España. Es cierto que ésta es una afirmación arriesgada, y muy poco real, pues no será ni por idioma, ni por cultura, ni por costumbres, ni por superficie de territorio… pero si nos fijamos en un simple aspecto general, de nivel o calidad de vida, podríamos decir que sería similar a España pero situado en el continente asiático.
Está situada en una península, si bien de menor superficie que España, pero si sumamos la superficie de las dos Coreas, la del Sur y la del Norte, tendrían casi la mitad de la superficie de España. La población total es la misma que España, si bien su densidad es muy superior. En el año 2000, en el ranking de los países más ricos del mundo por PIB según el Banco Mundial, España estaba situada en el puesto número once, y Corea del Sur en el número doce. En el año 2011 España estaba situada en el puesto número doce y Corea del Sur en el número quince. Además los coreanos tienen fama de ser muy trabajadores, como… bien…, por donde iba?…
Para empezar nuestro viaje por Corea, habíamos cambiado la capital Seúl, de poco más de 10 millones de habitantes, por Daegu, de 2,5 millones de habitantes.
En la estación de buses de Daegu tomamos un taxi para que nos llevara hasta el centro, a Yasigolmok. Una vez allí empezamos a experimentar lo difícil que era la comunicación con la gente del país. Todos los rótulos y escritos estaban en coreano, obviamente, y no encontrábamos a nadie que hablara otro idioma que el local.
Buscábamos un lugar para dormir esa noche. En Corea del Sur la categoría de los hoteles no se refleja con estrellas sino con flores Mugunghwa o rosa de Sharon, que es la flor nacional del país.
Nosotros buscábamos un yeogwan, que es una posada o motel tradicional coreano. Los yeogwans de Daegu tienen fama de ser los mejores del país.
Así pues, empezamos a iniciarnos con el alfabeto coreano, llamado hangul (o hangeul). Aunque esta escritura pueda parecer ideográfica a ojos occidentales, lo cierto es que es fonética. Este alfabeto fue creado en el año 1443 y está considerado como uno de los sistemas de escritura en uso más simples, concisos, y científicos del mundo.
Como curiosidad, resulta que debido a su simplicidad, el alfabeto coreano se utiliza por algunas tribus de África para aprender a leer y escribir mejor en sus idiomas.
En este caso no nos hizo falta el alfabeto. El símbolo coreano del yeogwan es éste: ♨. Así pues, empezamos a buscar este signo.
Después de caminar un rato empezamos a encontrar algunos yeogwans. Nos decidimos por uno que nos pareció muy correcto, el Silla-Jang yeogwan. Todos tenían el sistema de calefacción bajo el suelo, que es el sistema tradicional coreano, llamado ondol.
Como ya era tarde, dejamos las mochilas en el hotel (el yeogwan) y salimos a dar una vuelta y buscar un lugar donde comer algo. Yasigolmok está lleno de tiendas, restaurantes… y mucho movimiento de gente.
Después de cenar regresamos hacia el yeogwan a dormir. Al día siguiente teníamos la intención de ir a visitar el templo de Haeinsa y su conocida Tripitaka Coreana, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Había que levantarse pronto para localizar un transporte.
La primera impresión del país era buena, a pesar de la dificultad para poder entenderse a causa del idioma. Los coreanos eran muy amables y educados, y siempre dispuestos a ayudarnos.
Por cierto, Corea del Sur es el país con la red de internet más avanzada del mundo, con conexiones muy rápidas y a bajo costo. Esto ha provocado que muchos coreanos se hayan vuelto adictos a los juegos online.
En el año 2009, en la ciudad de Suwon (a unos 30 km. al sur de Seúl), un bebé de tres meses murió de desnutrición debido a que sus padres se pasaban la mayor parte del tiempo en un cibercafé jugando, sin ocuparse de su hijo. También se han dado casos de muerte por exceso de horas jugando.
Por esta razón hay una prohibición (llamada por algunos «toque de queda»), consistente en un apagón selectivo, a partir de las doce de la noche hasta las seis de la madrugada, que impide que los menores de dieciséis años puedan pasarse la noche jugando al ordenador en juegos online. Esta es una medida que tomó el gobierno para intentar paliar el problema de la adicción a internet, considerado un problema de salud pública.
Por lo tanto, si se es aficionado a los videojuegos, y se viaja con menores de edad, hay que tener en cuenta el «toque de queda» a fin de evitar males mayores.