De Siem Reap a Phnom Penh (Camboya). Una visita rápida por Phnom Penh: el horror del régimen de los jemeres rojos.

Ya hacía unos días que estábamos en Siem Reap (Camboya) y habíamos visitado muchos templos (Angkor Vat, Angkor Thom, el Bayon, Ta Prohm, Pre Rup, Banteay Srey, Ta Som, Preah Khan, etc.).

Nuestra intención era ir hacia el Sur de Vietnam, y por tanto la ruta elegida era bajar hasta la capital de Camboya, Phnom Penh, y desde allí coger un transporte que nos llevara hasta el Delta del Mekong.

Como la ruta Siem Reap – Phnom Penh ya la había hecho en barca bajando por el río Tonlé Sap, y la ruta Phnom Penh – Saigón (ciudad Ho Chi Minh) ya la había hecho por tierra, en bus, ahora decidimos hacerlo al revés, el trayecto hasta Phnom Penh hacerlo por tierra, en bus, y desde Phnom Penh bajar en barca por el Mekong hasta llegar a Vietnam.

Salimos de Siem Reap con un bus, a las siete de la mañana.

Cuando estuve en el año 2000, esta ruta no era segura, había bandoleros por los caminos, y por eso en aquella época decidí hacer el trayecto por el río en barca.

Ahora la ruta ya era segura. Durante el trayecto el bus hizo algunas paradas. En una de ellas había unas mujeres que vendían productos para comer, entre ellos arañas a 500 rieles la araña. Las arañas eran de grandes dimensiones, y para los camboyanos parece ser una comida suculenta.

Nosotros, sea porque no teníamos mucha hambre, o sea por el asco de ver esas enormes arañas, negras y peludas, no las probamos. Podéis llamarme alfeñique, finolis, o lo que queráis, pero quisiera veros ante aquella «comida» y contemplar vuestra primera expresión.

El viaje no se hizo demasiado pesado, y al cabo de unas seis horas ya llegábamos a Phnom Penh.

La ciudad de Phnom Penh, capital de Camboya, se encuentra en la confluencia de los ríos Mekong y Tonlé Sap. En el año 2006 tenía aproximadamente 1.450.000 habitantes, que es el porcentaje más alto de población urbana de todo el país.

Llegando desde Siem Reap, donde el ambiente es rural, la entrada en Phnom Penh es un shock, pues es un reencuentro con el bullicio, la circulación caótica, y el ambiente de gran ciudad.

Cuando llegamos a la ciudad, nos fuimos directamente al Capitol Guesthouse, no porque sea un hotel digno de recomendar, sino por su ubicación céntrica y por la facilidad de contratar desde su agencia el transporte necesario para ir hacia Vietnam (o hacia cualquier otro lugar de la zona).

La estancia en Phnom Penh sólo era una parada obligatoria en nuestro trayecto para llegar a Vietnam. En el año 2000 estuve en esa ciudad durante varios días, y tuve tiempo para recorrerla un poco. La verdad es que tiene una variedad de hoteles bastante escasa, pero por muy poca diferencia de precio se puede estar en un hotel infinitamente mejor que la mayoría de alojamientos que sólo ofrecen habitación en unas condiciones bajo mínimos.

El Capitol Guesthouse se encuentra dentro de estos últimos alojamientos, pero como sólo teníamos de pasar una noche, y teníamos poco tiempo para organizarlo todo y aprovechar las pocas horas de estancia en la ciudad, preferimos esta opción.

Nos costó muy poco conseguir el transporte para bajar por el Mekong desde Phnom Penh hasta Chau Doc (Vietnam). Decidimos hacer este recorrido por el Mekong, y desde Chau Doc ya encontraríamos otro transporte que nos llevara más al Sur de Vietnam.

Teníamos unas horas para visitar la capital, y optamos por ir al museo Tuol Sleng, antiguo centro secreto de detención y tortura en tiempos de los jemeres rojos, conocido como S-21, y a Choeung Ek, a 17 km. al sur de Phnom Penh, conocido como centro del genocidio, uno de los tristemente famosos Killing Fiels, o campos de exterminio de los jemeres rojos.

Decidimos ir primero al campo de exterminio de Choeung Ek, y así después, a la vuelta, ya nos quedaríamos en el museo Tuol Sleng.

Estos lugares son de visita casi obligada para entender la salvajada que tuvo lugar en Camboya en su historia reciente, entre 1975 y 1979, y de paso entender un poco la Camboya actual.

Alquilamos una moto con remolque para ir hasta Choeung Ek. Esta decisión fue un gran error, pues al poco rato se puso a llover con intensidad, y la pista estaba toda encharcada, convirtiéndose muchos tramos en auténticos barrizales. El resultado fue que volcamos y nos quedamos tirados en medio de unos campos.

Mientras el conductor intentaba volver a poner en funcionamiento la moto con su remolque, quejándose de tener un dedo roto de su mano izquierda, nosotros, medio magullados, seguimos a unos campesinos, campo a través, con una profundidad de más de un palmo de agua, que nos llevaron hasta su casa, edificada sobre pilares, estilo palafito, que estaba a unos 200 metros del lugar del accidente.

Hay que remarcar que los zapatos deportivos transpirables e impermeables, tipo goretex, no sirven de nada cuando el agua sobrepasa el nivel de las mismas y entra por arriba. Para estas ocasiones lo mejor son unas sandalias de goma.

Dejando de lado un enorme chichón en la frente, y golpes en brazos, rodilla, y algún que otro lugar del cuerpo, el accidente no había tenido más consecuencias, afortunadamente.

Los moradores de la casa de acogida nos ofrecieron algo de comida, y una pomada para aplicar a los golpes, que realmente fue muy bien.

Intentaban decirnos algo pero no nos entendíamos, el camboyano y el catalán no se parecen mucho, no entendían el inglés ni el francés, y al final uno de ellos preguntó si hablábamos ruso. Con el ruso pudimos entendernos, un ruso de estar por casa, pero más que suficiente para viajar, y nos explicaron que allí no había posibilidad de conseguir ningún vehículo (coche o autobús), sólo moto o bicicleta, y nos aconsejaban que nos volviéramos en esos instantes que todavía llovía un poco, pues cesaría de llover en breve, y resultaría más peligroso y difícil conducir por aquellas pistas porque el barro se seca y es más fácil tener un accidente.

Aunque no nos hacía mucha gracia, seguimos su consejo, y volvimos a subir a la moto/remolque para volver a Phnom Penh. El conductor no dejaba de repetir «sorry».

De vuelta a Phnom Penh, el conductor nos dejó en el museo Tuol Sleng, tal y como le habíamos dicho. La vuelta no tuvo incidentes.

La visita a Tuol Sleng es impresionante. Este edificio fue un centro de secreto de detención y tortura en tiempos de los jemeres rojos, conocido como S-21. Anteriormente al régimen de Pol Pot era una prestigiosa escuela de la capital. Por este centro pasaron unos 20.000 prisioneros, y en el mismo se exhiben fotografías de las víctimas antes, durante y después de ser torturadas. Desde este centro de detención y tortura a los prisioneros eran llevados a Choeung Ek para ser ejecutados.

Uno de los objetos más sorprenden del Museo es un mapa de Camboya hecho con auténticos cráneos humanos de las víctimas, trescientos cráneos en total.

El régimen de Pol Pot instaurado en el año 1975, tras la retirada de los americanos de Vietnam del Sur y de Camboya, comportó la aplicación literal del maoísmo y la declaración de una nueva era denominada Camboya Año Cero. Fue el inicio del genocidio camboyano, con eliminación de todos los centros urbanos, desaparición de la moneda, el comercio, el mercado, las escuelas, la cultura en general, las religiones, los medios de transporte y de comunicación, y con eliminación de todas aquellas personas cultas de la sociedad camboyana. El simple hecho de llevar gafas comportaba el encarcelamiento, tortura y posterior ejecución.

Se calcula que murieron unos dos millones de personas, que corresponden a una cuarta parte de la población del país.

Me explicaba Maro, un camboyano a quien conocí, que aquella experiencia ha hecho del pueblo camboyano un pueblo acostumbrado a todo, después de las penurias que ha tenido que soportar, y hoy en día puede apreciarse en algunos de los alimentos que consumen, pues en aquellos años de miseria se acostumbraron a comer todo lo que encontraban.

En Phnom Penh hay otros lugares interesantes a visitar, como el Palacio Real, la Pagoda de Plata, el Museo Nacional, el Vat Phnom, el Vat Ounalom, el Vat Lang Ka, el Vat Kho, el monumento de la Independencia, el conocido mercado ruso, llamado Psar Tuol Tom Pong (el mejor lugar para comprar algún souvenir), el mercado nuevo, llamado Psar Thmei, entre otros.

Después de visitar el museo Tuol Sleng, cansados ​​por el movimiento de todo el día, nos fuimos a cenar, y luego a descansar. Al día siguiente nos esperaba un día de viaje muy interesante.

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4 comentarios en “De Siem Reap a Phnom Penh (Camboya). Una visita rápida por Phnom Penh: el horror del régimen de los jemeres rojos.

    • Hola Teresa y David, es cierto que la visita de Tuol Sleng no deja indiferente a nadie. No hay palabras para describir la sensación que deja la visita de ese lugar… Pero es necesario visitarlo para entender o hacerse una idea aproximada de la gran salvajada que tuvo lugar en Camboya. Por muchos libros o publicaciones que se hayan leído sobre aquella tragedia, la visita a Tuol Sleng impresiona, entristece, y sigue en tu pensamiento durante mucho tiempo, pues es difícil de digerir.
      Un abrazo.

      • Si… yo lo visité hace 4 años y aún tengo la imagen… fue durísima la visita y la explicación de un guía cuyo padre pasó por allí. Eramos un grupo de 5 y una chica inglesa no pudo aguantar el disgusto y a mitad explicación se fue… Si, lugar totalmente imprescindible de conocer. Un abrazo!

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