Divrigi, conocida en la antigüedad como Tefricia, no es hoy en día una población que tenga un gran renombre, a pesar de acoger unos monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y a pesar de haber sido en su época la capital de los sectarios Paulicianos.
Cuando el tren nos dejó en Divrigi ya era tarde. La estación estaba alejada del pueblo, y sólo había un taxi. Nosotros éramos los únicos extranjeros que habíamos bajado del tren. Los otros pasajeros iban subiendo a los vehículos de los familiares o amigos que los estaban esperando. Sigue leyendo