Acabábamos de aterrizar en el aeropuerto de Rangún (Yangón). Era una mañana del mes de agosto de 2002. Hacía mucho calor. El día anterior habíamos conseguido los visados de Myanmar en la embajada de Myanmar en Bangkok, y habíamos comprado los billetes de avión para volar con la Thai desde Bangkok a Rangún.
En la embajada de Myanmar en Bangkok habían sido muy amables, teniendo en cuenta que les habíamos llevado los pasaportes y demás documentación el mismo día, a media mañana. En poco rato nos hicieron los visados y además nos cobraron menos de lo que nos habían dicho. Sigue leyendo