A veces para encontrar un lugar especial, uno de esos lugares que permiten disfrutar de la naturaleza y de la soledad que ésta proporciona cuando no ha sido invadida por la multitud, y a la vez un paraje que transmite tranquilidad y ganas de volver, no hay que ir muy lejos. No hace falta coger un vuelo que nos transporte al otro lado del mundo, ni levantarse a altas horas de la madrugada para hacer unas cuantas horas de carretera y luego otras tantas a pie, pues, muchas veces, ese lugar especial lo tenemos muy cerca.
Cerca de Tarragona, a unos ocho kilómetros, se encuentra el llamado bosque de la Marquesa, un lugar que a pesar de estar situado casi a pie de carretera, junto a la urbanización de La Mora, es muy poco conocido.
Este lugar se salvó de la especulación urbanística gracias a su propietaria (una marquesa), que en los años sesenta no quiso vender el terreno, y lo conservó en estado natural.