La ruta de Manali a Leh (Ladakh), el norte de la India. Segundo día: de Keylong a Sarchu.

Nos levantamos a las siete de la mañana. Keylong se despertó muy silencioso, y no fue hasta después del desayuno que empezamos a notar cierto movimiento de gente en el pueblo.

Una hora más tarde ya salíamos con el 4×4 en dirección a Leh, si bien aquella próxima noche la pasaríamos en el camino, en plena montaña, durmiendo en una tienda en alguno de los lugares habilitados al efecto.

El último asentamiento permanente de gente es el pueblo de Darcha. No hay otro hasta Rumtse, en Ladakh.

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Formalidades para entrar en Tailandia.

Para entrar en Tailandia no se necesita visado, no al menos los extranjeros de nacionalidad española y de otros más de cuarenta países que tienen exención de visado de turismo.

El plazo de estancia es de 30 días siempre y cuando se entre en el país por vía aérea, pues si se llega por tierra o por vía marítima el periodo de permanencia es de sólo 15 días.

Los nacionales de algunos países sudamericanos (Brasil, Perú, Argentina…) así como de Corea del Sur, pueden obtener una estancia de hasta 90 días independientemente de si llegan en avión o por tierra.

Como requisitos que hay que cumplir para entrar en el país están los siguientes: Sigue leyendo

De Tash Rabat a Kasgar, tercera y última jornada en la ruta de Biskek hacia Kasgar, cruzando el paso de Torugart (Kirguistán).

La noche había sido húmeda y fría, pero aquellos paisajes de montaña desnudos y silenciosos, alejados de la civilización, reconfortaban el espíritu. El vaso de té con leche bien caliente que nos llevaron a la yurta también ayudó a reconfortar el cuerpo a esas horas de la madrugada.

Una pequeña estufa oxidada que había en la entrada de la yurta, que se alimentaba de heces de vaca, no había hecho su servicio aquella noche.

El día había despertado nublado, húmedo, y con una lluvia intermitente… un tiempo que no dejaba ver la lejanía.

No tardamos más de media hora para plegar las mantas y alfombras que nos habían hecho de cama, poner la mesa y desayunar.

Dejamos la yurta e iniciamos lo que tenía que ser el último día de trayecto hasta llegar a Kasgar, cruzando el paso de Torugart.

La lluvia nos fue acompañando durante el camino. La carretera no estaba en mejores condiciones que el tiempo. Sasha, el conductor de nuestro vehículo, llevaba prisa desde el momento en que nos levantamos, pues la frontera kirguís sólo podía cruzarse entre las doce y la una del mediodía.

Las primeras horas por aquellos caminos de tierra, bajo aquella lluvia insistente, se hicieron un poco largos, pero los paisajes que se dejaban ver cuando la niebla esparcía, ofrecían el aliciente que todo viajero busca por aquellas alejadas tierras.

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Visado online para entrar en Myanmar.

Parece que empieza a simplificarse la tramitación para obtener un visado para entrar en Myanmar. Desde el 1 de septiembre de 2014 ya es posible tramitar el visado online para ir a ese país.

Hasta ahora había que tramitar el visado en alguna embajada de Myanmar, normalmente en la embajada situada en algún país europeo (hace unos años se acostumbraba a hacer en París, actualmente en Berlín), o en la embajada de Myanmar en Bangkok, por la su proximidad y rapidez.

Actualmente, desde primeros de septiembre de este año 2014, es puede conseguir el visado para entrar en Myanmar desde un ordenador o aparato electrónico que permita conectarse a internet. Sigue leyendo

De la Vía Catalana 2013 a la Vía Catalana 2014.

Dejando de lado los sentimientos políticos, religiosos o de otro tipo, que fundamentan y dan sentido a ciertos actos o celebraciones multitudinarias, lo cierto es que hay muchos viajeros a los que les atrae este tipo de eventos, pues son un momento ideal para contemplar la manera de hacer de un pueblo, de una comunidad religiosa, o de un grupo concreto de gente que tiene una ideología, creencia o afición determinada.

Hay actos o celebraciones multitudinarias en el mundo que sobrepasan aquello que podemos imaginar: el Kumbh Mela, reunión de peregrinos hindúes, que se celebra cada doce años en cuatro lugares de la India (Prayag, Hardwar, Ujjain y Nasik), que dura varios días, y donde se calcula que acuden unos 70 millones de personas (algunos dicen que llegan a los 100 millones… bueno…, con estas cifras, no vendrá de 30); el Hajj, la peregrinación a la Meca de los musulmanes, donde acuden entre 2,5 y 3 millones de personas; incluso algún evento musical, como el concierto de Rod Steward el fin de año de 1994 en Copacabana (Brasil), donde se reunieron 3,5 millones de personas… Sigue leyendo

Divrigi, un sorprendente pueblo de la Anatolia Central (Turquía).

Divrigi, conocida en la antigüedad como Tefricia, no es hoy en día una población que tenga un gran renombre, a pesar de acoger unos monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y a pesar de haber sido en su época la capital de los sectarios Paulicianos.

Cuando el tren nos dejó en Divrigi ya era tarde. La estación estaba alejada del pueblo, y sólo había un taxi. Nosotros éramos los únicos extranjeros que habíamos bajado del tren. Los otros pasajeros iban subiendo a los vehículos de los familiares o amigos que los estaban esperando. Sigue leyendo

Cómo obtener el visado para ir a Laos.

Para entrar en Laos es necesario tener un visado, pero éste se puede tramitar a la llegada al país. Por tanto, al ser un visado «on arrival» (a la llegada), no hay que gestionar nada antes de ir.

El visado puede tramitarse «on arrival» tanto si se llega a uno de los aeropuertos internacionales del país como si se llega por un paso fronterizo habilitado al respecto.

El visado lo conceden con una duración de 30 días.

La documentación necesaria para tramitar el visado es la siguiente: Sigue leyendo

Recuerdos de un viaje en tren por Vietnam.

Hace ya unos cuantos años, hice mi primer viaje a Vietnam. En aquel entonces aquel era un país muy poco turístico. Después de la «intervención» francesa y posteriormente americana en el país, éste quedó en cierto modo estigmatizado desde una visión occidental, como un país peligroso o poco amigo de las influencias occidentales, y, quizás por esta razón, por aquella época casi no había turismo en Vietnam. Lo cierto es que durante el mes que estuve viajando por todo el país, de sur a norte, fueron muy pocos los extranjeros que me encontré.

Después de pasar unos días en la antigua capital, Hue, disfrutando de la tranquilidad que ofrecía la ciudad y sus próximas playas, me dispuse a ir hacia Hanoi, su actual capital.

Hasta aquel momento no había viajado en tren por Vietnam, y pensé que sería la ocasión perfecta, pues podía realizar el viaje en tren nocturno, experimentando un nuevo medio de transporte en aquel maravilloso país.

Cuando subí al tren dejé la mochila y me alegré al ver que, al menos aquel vagón en que me encontraba, no iba lleno.

Al principio pude empezar a experimentar el calor que hacía en aquel vagón, pero más tarde, durante la noche, cuando empezó a hacer fresco, los pasajeros pudimos comprobar que no había suficientes mantas en el tren para todos. A decir verdad tampoco es que esperara que hubiera mantas o nada similar.

El tren avanzaba a una velocidad lenta, y así pude comprender ciertas historias a las que no había dado mucha credibilidad. Había leído que en los trenes de Vietnam había que ir con cuidado con los ladrones, razón por la cual debían de cerrarse las ventadas y puertas exteriores, pues debido a la poca velocidad de los trenes, los ladrones accedían al tren desde el exterior, y, después de realizar sus fechorías, volvían a salir de la misma manera que habían entrado. Sigue leyendo

Erzurum, la capital de la Anatolia Oriental (Turquía).

El bus de Yusufeli que nos tenía que llevar hasta Erzurum salía a las nueve de la mañana de la plaza central del pueblo.
El trayecto hasta Erzurum duró tres horas. Ona aprovechó para «marearse» dos veces, pero enseguida se recuperó.

La modernidad del autobús que hacía el transporte y del vestir de muchos pasajeros, contrastaba con las tradicionales vestimentas negras que cubrían algunas mujeres, igual de tradicionales, por otra parte, que el bigote que llevan la mayoría de los hombres turcos.

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Después de elegir un hotel, bastante céntrico, salimos a conocer la ciudad. Nos fue imposible encontrar algún restaurante abierto, pues era Ramadán, y aquel era el último día del mes. Los próximos tres días serían la fiesta del Eid al-Fitr, y casi todas las tiendas de Erzurum estarían cerradas, bancos incluidos.

Tuvimos suerte del hotel donde nos alojamos, pues nos ayudaron a cambiar moneda y a conseguir los billetes de tren para ir a Divrigi (nuestro siguiente destino), pues en la estación de tren tampoco encontramos a nadie que vendiera billetes, bueno, de hecho no encontramos a nadie. Nos dijeron que cuando llegara el tren sí que habría alguien, pero mientras tanto parecía que todo el mundo hacía fiesta.

La ciudad de Erzurum sorprende, pues lo que parece que ha de ser una gran ciudad impersonal, sin muchos atractivos, con 400.000 habitantes, la ciudad más grande de Anatolia Oriental, resulta ser una ciudad muy interesante.

Esta antigua ciudad armenia, denominada en aquella época Karin, pasó a formar parte del imperio romano en el año 387, recibiendo el nombre de Teodosiópolis el año 415. Durante la dominación árabe (período del 700 al 949) la llamaron Kali.

Debido a su situación de cruce de rutas entre Constantinopla (al oeste), Rusia (al norte) y Persia (al este), la ciudad, a lo largo de la historia, ha visto pasar ejércitos armenios, romanos, persas, bizantinos, árabes, turcos, selyúcidas, mongoles y rusos.

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Cómo obtener el visado para ir a Camboya.

Para entrar en Camboya se necesita visado, pero éste se puede conseguir a la llegada al país. Así pues, al ser un visado «on arrival», no es necesario tramitar nada antes de ir.

El visado puede tramitarse «a la llegada» tanto si se llega a un aeropuerto como si llega por cualquier otro paso fronterizo.

El visado lo conceden con una duración de un mes.

La documentación necesaria para tramitar el visado es la siguiente: Sigue leyendo